sábado, 11 de junio de 2011

¿Son peligrosos los móviles?


Recientemente la OMS se ha descolgado con un aviso sobre el posible riesgo para la salud del uso de los móviles.

Las radiaciones de los móviles, en frecuencia de microondas, son del tipo no ionizante. Es decir que no son capaces de arrancar electrones de los átomos, a veces con efectos secundarios peligrosos . Pero aun así, las radiaciones no ionizantes pueden tener efectos adversos sobre el tejido vivo. El mecanismo principal es el llamado efecto térmico: las radiaciones de radiofrecuencia hacen oscilar a las moléculas de agua, y ese movimiento se convierte luego en calor. Evidentemente, a nadie le gustaría tener junto a la oreja, a pocos centímetros de nuestro cerebro, un horno microondas (analogía que, por otro lado, no deben tomarse ustedes al pie de la letra).

El problema aumenta cuando tenemos en cuenta nuestro tamaño medio. Por regla general, la absorción de una onda electromagnética es máxima cuando su longitud de onda es similar al tamaño del objeto con el que interacciona. En el caso de la telefonía móvil, el sistema GSM usado en España usa frecuencias de 900 y 1800 MHz. Eso corresponde a longitudes de onda de 17 y 33 centímetros, respectivamente. Esas dimensiones son peligrosamente cercanas a las de una cabeza humana. ¿Y dónde nos ponemos el móvil cuando lo usamos? ¡En la cabeza! ¡Ya puede empezar a asustarse!

Aunque ese“efecto antena” hace aumentar el nivel de energía absorbida por su cabeza, ese aumento no es significativo, quizá del orden del 50% o más. Eso suena mucho, pero no lo es. Hay limitaciones a la potencia máxima emitida y absorbida por el móvil, de forma que incluso para esas frecuencias la absorción de energía por el cuerpo humano sea muy pequeña. También ayuda a nuestra tranquilidad el que las ondas electromagnéticas de baja frecuencia tienen menor energía que las de alta frecuencia. Un fotón de microondas es menos energético que uno de luz ultravioleta.

No, el problema no reside ahí. Lo que inquieta a mucha gente es la posibilidad de que existan efectos biológicos de otro tipo, fundamentalmente, los que puedan producir cáncer. Concretamente, lo que hizo notar recientemente la OMS (más concretamente, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, IARC, dependiente de la OMS) es que un estudio epidemiológico llevado a cabo hasta el año 2004 mostraba un aumento de hasta el 40% en la probabilidad de contraer un tipo de cáncer conocido como glioma. Esto les llevó a clasificar los móviles en la categoría 2B (“potencialmente cancerígenos”) … en la cual también hay sustancias como el café o los polvos de talco.

Pero antes de que usted tire su móvil aterrado (por no hablar de dejar el consumo de café), le conviene saber que ese incremento de riesgo se notó solamente en el segmento de personas que usaban el móvil con más frecuencia. Entre personas con uso moderado, no se notó incremento en el rieso de congraer glioma. De hecho, la correlación parece ser tan tenue que el IARC solamente afirma que pudiera existir algún tipo de riesgo. No se sabe si dicho riesgo existe de veras, o si hay otros factores en juego (fluctuaciones estadísticas, sesgos, errores en la obtención de datos, factores de riesgo adicionales). Por ejemplo, ahora hay más antena de telefonía que hace unos años, y la mayor cobertura permite a los móviles operar con niveles de potencia más bajos.

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